sábado, 22 de noviembre de 2008

Sor Juana de Asabaje...

Bueno, esta es una pequeña parte de su hermosa historia de Sor Juana de Asabaje, o mejor conocida como Sor Juana Ines de la Cruz. Es una de las personas que admiro de la historia, desde que era pequeña mi padre tenia un volumen de biografías, y un montón de libros de historia... (que raro en un maestro de historia verdad?) en fin siempre me gusto mucho lo que hizo, sobre todo sus poemas wow! son lo máximo jeje bueno en especial uno que me recitaba mi viejo! bueno que mas adelante les dejare un pedacito...

Desde pequeña, ya daba muestras de su gran inteligencia y capacidad de memorización. A los tres años y habiendo nacido su otra hermana, María, su padre abandonó a la familia, por lo que las tres niñas y su madre partieron a la Hacienda de Panoayan (cerca de Amecameca), propiedad de don Pedro Ramírez.Como en esa época sólo asistían hombres a los pocos colegios que había en la región, existían maestras llamadas "amigas", quienes daban clases particulares de lectura, escritura y matemáticas básicas.

Doña Isabel envió a su hija mayor, acompañada de Juana, con una de ellas, a Amecameca. A pesar de su edad, Juana absorbió las lecciones dadas a su hermana y pidió a la maestra que también se las diera a ella, pretendiendo que doña Isabel así lo mandaba. En un par de años, Juana ya sabía leer, escribir, contar y bordar. A su vez, las constantes lecturas con su abuelo, la enriquecen de mayor conocimiento. Don Pedro Ramírez contaba con numerosos volúmenes de temas diversos. Por otra parte, Juana se crió con los hijos de los sirvientes y esclavos de la hacienda, de origen indígena y mulato respectivamente, captando sus lenguas nativas.

Entre los seis y siete años de edad, Juana inocentemente pide a su madre que la vistiera de hombre para poder asistir a la Real y Pontificia Universidad de México, solicitud negada. A los ocho años ganó un libro como premio por escribir y declamar su primer poema: "Loa al Santísimo Sacramento", con motivo de esa fiesta en Amecameca.

Al ver doña Isabel los dones e inquietudes de su hija, ya de once años, y por el ambiente no tan propicio para su formación, decide enviarla a la Ciudad de México, capital y máximo centro cultural del Virreinato, donde vivían sus tíos maternos: María Ramírez de Mata y Juan de Mata. Además, había otros factores que afectaron a Juana: la muerte de su abuelo y los amores que tenía doña Isabel con el capitán Diego Ruiz Lozano, con quien tuvo tres hijos. Esto provocó un rechazo evidente y preocupante de la niña hacia su madre.

Su Tio Juan, tenía una biblioteca con obras de Calderón y Góngora, historias de las Indias, libros en latín, etc., los cuales lee Juana. Por si fuera poco, le eran prestados y obsequiados más libros: de gramática, teología, física, astronomía, matemática, retórica, mitología, música y literatura española, griega, latina, italiana, francesa, hebrea y portuguesa. Aprendió a leer el vascuence, el portugués y el náhuatl.

Era tanta su devoción por el estudio, que rechazaba comer queso, pensando que la volvería tonta. También se cortaba el cabello, con medida de cuatro a seis dedos, para que cuando volviese a crecer, si no sabía tal o cual cosa que se había propuesto a aprender, se lo volvía a cortar como castigo: "Sucedía así que él crecía aprisa y yo aprendía despacio, y con efecto le cortaba...que no me parecía razón que estuviese vestida de cabellos, cabeza que estaba tan desnuda de noticias, que era más apetecible adorno".

Su fama como poetisa y su belleza llegaron hasta los recién llegados virreyes : don Antonio Sebastián de Toledo, Marqués de Mancera y doña Leonor Carreto de Toledo, a quien Juana llama "Laura" en sus poemas. Tiempo después acepta el honor de ser la dama más querida de la virreina. Los miembros de la Corte no están de acuerdo de que una mujer invada sus dominios. Incluso los canónigos aseguran que Juana está inspirada por el demonio. Como tambien se conspiraba ciertas relaciones amorosas con la virreina. Entonces el virrey invita a cuarenta sabios de la Universidad para examinar a la muchacha y así se aclararan sus dudas. Juana Inés, de 17 años, contesta a todas sus preguntas con éxito.

Don Antonio Núñez de Miranda, jesuita y confesor suyo, la convenció de entrar a la vida religiosa. Además, Juana sabía que las únicas opciones para la mujer de su época eran el matrimonio o el convento. Esta última era la que le permitiría concentrarse en sus estudios y no vivir en la sumisión. Acepto, sin discucion debido a que era perseguida por su belleza y talento nato, en pocas palabas no tenia eleccion, aunque nunca fue libre en si.

Su nueva vida conventual era disciplinada, pero no muy rígida, por lo que Sor Juana tenía oportunidad de conversar con intelectuales y a veces con los virreyes. Es contadora del convento por nueve años y encargada del archivo. Compone villancicos y continúa con la poesía por encargo de las monjas. Desde el Viejo Mundo le envían instrumentos musicales y científicos para sus experimentos. Casi no duerme por hacer estudios astronómicos.

Los virreyes de Mancera se van, pero con la llegada de los virreyes, se convoca a un concurso de poesía, el cual gana Sor Juana, con su obra "El Neptuno Alegórico". La virreina Maria Luisa publica sus obras coronándola como "la décima musa".


La informacion la saque de esta pagina por si quieren saber un poco mas jeje... http://www.arts-history.mx/


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bueno aquí les dejo el pedacito que me recitaba mi papa en cuanto tenia el libreto de poesías... el poema se llama "Hombres necios que acusáis..." hace referencia a la inconstancia de el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan. Es ilógico culpar a una mujer si tambien el hombre tambien es culpable! oh... bendita razón!




Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasiónde lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igualsolicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren biensi las incitáis al mal?
Queréis, con presunción necia,hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raroque el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,y siente que no esté claro?



Con el favor y el desdéntenéis condición igual,quejándoos,
si os tratan mal,burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáisque, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis.
¿pues cómo ha de estar templadala que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,y la que es fácil, enfada?

1 comentario:

Florencia Madeo Facente dijo...

Me gusta su poesía...no conocía a la autora. Gracias.